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futuro distópico

Inspirados quizá por la obra de H.G. Wells, unos cuantos escritores escribieron a principios del siglo pasado una serie de novelas en las que trasladan su visión crítica de la sociedad del momento a un hipotético futuro distópico a finales del siglo XX.

En esos futuros que hoy son pasado, la sociedad ha evolucionado a un sistema totalitario en que el individuo carece por completo de libertad, en que el sometimiento al control y la voluntad del Estado es absoluto y en que las desigualdes económicas y sociales son máximas.

Lo cierto es que estamos a principios del siglo XXI y esas distopías aun no se han cumplido (hasta el momento). Aunque en muchos países las condiciones en que viven millones personas son tan malas como las que describe Orwell para los habitantes de las fronteras de sus superpotencias, y vista la situación actual, en el mundo desarrollado los desequilibrios económicos y políticos que vivimos hacen que miremos hacia el futuro desde al menos, un respetuoso temor.

Si queremos mirar al futuro del país, echemos un ojo a los jóvenes que lo pueblan:

En cuanto a evaluación de las capacidades de los alumnos españoles, los últimos informes PISA nos sitúan en torno al puesto 26 de 34 de los países desarrollados.

Y en cuanto a cultura… si en este país preguntásemos a 100 alumnos de secundaria qué les evoca el sujeto «Gran Hermano», más de 95 lo asociarán a un canal de mierda y a Mercedes Milá.  Pocos lo asociarían a la novela de Orwell 1984. Yo mismo la he leído hace muy poco.

Convendría estudiar bien la distopía para intentar alejarnos de ella.

De momento, al menos uno puede recibir una educación (mejor o peor) sea «alfa más» o «épsilon menos», y puede escribir estas cosas sin temor a que lo lleven de visita al Ministerio del Amor.

Si alguien encuentra interesante el concepto de novela distópica, puede ojear las siguientes obras (otros muchos preferirán limitarse a jugar al Fallout 3 en su consola limitándose a descuartizar mutis cruzando yermo capital):

El Talón de Hierro,de Jack London, 1908.

Nosotros, de Yevgeni Zamiatin, 1921.

Un mundo feliz, de Aldous Huxley, 1932.

1984, de George Orwell, 1949.

Fahrenheit 451, de Ray Bradbury, 1953.